Las enfermedades crónicas afectan al bienestar emocional de las personas que conviven con ellas por las limitaciones que conllevan. A menudo, los síntomas que sufren las personas con enfermedades crónicas impactan en su vida diaria, tanto en su salud como en otros ámbitos de su vida social, laboral, económica, familiar o educativa. También afectan a su salud mental, ya que un gran porcentaje de las personas experimentan síntomas ansionsos y/o depresivos tales como tristeza, apatía o pensamientos disfuncionales.
Hay una creciente preocupación por la salud mental de la población debido al incremento de los trastornos mentales, lo que hace necesario tomar acciones comunes y concretas. Esta pandemia silente requiere que se identifiquen medidas que ayuden a abordar estas patologías desde una perspectiva biopsicosocial que considere la salud mental y emocional.
No solo la salud mental de los enfermos si no la de las personas con las que viven, ha empeorado en mayor frecuencia que en la población general. Los pacientes crónicos se sienten aislados de la sociedad debido a su enfermedad y los problemas emocionales pueden derivar en un empeoramiento de la propia enfermedad.
La salud mental de la población y en particular, la de los pacientes crónicos debe ser una prioridad dentro de las políticas sanitarias.
Nora Vecino. Psicóloga